En esta segunda sesión de iniciación a la estética, titulada “Liberación estética del objeto artístico”, nuestro fin era responder a la pregunta ¿es posible potenciar la dimensión estética de un objeto artístico?
Comenzamos analizando distintas obras de diferentes etapas de Cézanne, desde sus manzanas, cuyas bruscas pinceladas nos transmitían fuerza; pasando por varios retratos de su padre, que aparentemente “no decían” nada, sin embargo, tras profundizar descubrimos que mostraban una especie de revolución contra él; hasta llegar a algunos bodegones, quienes sí favorecían una función estética. ¿Pero qué tenían estos últimos para conseguirlo?
Adrián nos dio la respuesta, DESHUMANIZACIÓN, término de Ortega y Gasset, y ENSIMISMAMIENTO, de Rubert de Ventós. Para lograr que una obra tenga estas características, existen algunas claves: 1.Darle un carácter genuinamente estético junto con la utilización de la estilización (escamoteo de la realidad). 2.Evitar que el espectador pueda sentir empatía con esta. 3.Hacer que la obra sea “opaca”, es decir, que solo sirva para ser contemplada, sin referirse la realidad, símbolos de la misma o sentimientos del artista. 4.Realizar o “hacer real”, en vez de representar. Todas ellas, como apuntó durante la explicación, podrían quedar resumidas en lo que dijo el poeta R.M. Rilke acerca de las obras de Cézanne, al verlas “solo puedes pensar en pintura”, no hay cabida para la subjetividad ni siquiera para el propio objeto.
Después de tratar tanto este tema, surgió la pregunta que la mayoría teníamos en la cabeza, ¿por qué poner tanto empeño en la búsqueda de una actitud estética pura? La contestación de Adrián, con promesa de ser desarrollada más en profundidad en la siguiente jornada, nos dejó sorprendidos: GARANTÍA DE FELICIDAD.
Para finalizar la sesión, llegó el momento de las conclusiones, sí es posible favorecer el criterio estético, en cualquier práctica artística.
En esta segunda sesión de iniciación a la estética, titulada “Liberación estética del objeto artístico”, nuestro fin era responder a la pregunta ¿es posible potenciar la dimensión estética de un objeto artístico?
ResponderEliminarComenzamos analizando distintas obras de diferentes etapas de Cézanne, desde sus manzanas, cuyas bruscas pinceladas nos transmitían fuerza; pasando por varios retratos de su padre, que aparentemente “no decían” nada, sin embargo, tras profundizar descubrimos que mostraban una especie de revolución contra él; hasta llegar a algunos bodegones, quienes sí favorecían una función estética. ¿Pero qué tenían estos últimos para conseguirlo?
Adrián nos dio la respuesta, DESHUMANIZACIÓN, término de Ortega y Gasset, y ENSIMISMAMIENTO, de Rubert de Ventós. Para lograr que una obra tenga estas características, existen algunas claves:
1.Darle un carácter genuinamente estético junto con la utilización de la estilización (escamoteo de la realidad).
2.Evitar que el espectador pueda sentir empatía con esta.
3.Hacer que la obra sea “opaca”, es decir, que solo sirva para ser contemplada, sin referirse la realidad, símbolos de la misma o sentimientos del artista.
4.Realizar o “hacer real”, en vez de representar.
Todas ellas, como apuntó durante la explicación, podrían quedar resumidas en lo que dijo el poeta R.M. Rilke acerca de las obras de Cézanne, al verlas “solo puedes pensar en pintura”, no hay cabida para la subjetividad ni siquiera para el propio objeto.
Después de tratar tanto este tema, surgió la pregunta que la mayoría teníamos en la cabeza, ¿por qué poner tanto empeño en la búsqueda de una actitud estética pura? La contestación de Adrián, con promesa de ser desarrollada más en profundidad en la siguiente jornada, nos dejó sorprendidos: GARANTÍA DE FELICIDAD.
Para finalizar la sesión, llegó el momento de las conclusiones, sí es posible favorecer el criterio estético, en cualquier práctica artística.
Me imagino que Adrián se sentirá muy satisfecho de este resumen
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