La estética es, según el profesor que nos dio la charla, la ciencia de la primera apariencia. Es esa primera visión que tenemos los espectadores. Los espectadores somos a la vez críticos, y cuanto más conocemos o más nos interesa el tema, más críticos somos. Para que pudiésemos observar las distintas sensaciones que nos producía el arte, nos proyectó tres diferentes bodegones.
El primer bodegón, ya comentado en clase de investigación, era un conjunto de frutas y verduras colocadas en una curva y hacia arriba. Todas estaban muy rollizas, pero a pesar de ello estaban destinadas al fondo negro del cuadro. La única manera de evitarlo era ir hacia arriba (metáfora religiosa). A una gran mayoría nos gustó el cuadro.
El segundo bodegón fue a mi parecer el más interesante. Era una cesta de fresas, dos claveles blancos, un vaso de agua, dos cerezas y un melocotón. Este cuadro narra una historia de amor. Después de saber la historia nos gustaba mucho más que antes, pero no podíamos volver a contemplar el cuadro sin pensar en la narración.
El tercer bodegón también fue interesante. Aparecían cuatro manzanas. No eran apetitosas. El autor había conseguido pintar comida, que en un inicio podría apetecer, de tal manera que solo viésemos el objeto, una simples manzanas verdes.
Las tres imágenes se diferenciaban en el modo en el que influían en nuestra sensibilidad debido a las diferentes representaciones de bodegones.
Más tarde nos contó una anécdota sobre las sensaciones que se producen en el espectador. Marcel Duchamp, un artista al que le gustaba crear controversias, expuso en una galería de arte un urinario firmado por si mismo, lo cual escandalizó a numerosos conservadores. Al hacer esto convertía un objeto en una obra de arte, y a un usuario en un espectador.
Sobre esto nos hizo tres reflexiones filosóficas: -Hay que tener una actitud estética y observar las obras según sus propiedades, hay que aislarse del resto. -La actitud no puede pre-ocuparse de aspectos prácticos o personales, ha de tener un ojo inocente y ocuparse de lo estético. -Como tercer punto, el cuál no entendí muy bien, decía que la teorización sobre la actitud estética es una correlación entre la experiencia propia y el estatuto ontológico.
Por último, nos planteo la pregunta de que qué es el arte para nosotros. Esta es mi respuesta, que seguramente cambie a lo largo de los años: el arte es una manera de expresión, comunicación y liberación que algunas personas necesitamos para poder dar a entender sentimientos a unos espectadores a los que les puede gustar o no. Por ello, si una persona considera que lo que realiza es arte, pues es arte, y da igual que a otros no se lo parezca, porque si haciéndolo le ha servido para algo, pues adelante.
Iniciación a la estética.
ResponderEliminarLa estética es, según el profesor que nos dio la charla, la ciencia de la primera apariencia. Es esa primera visión que tenemos los espectadores. Los espectadores somos a la vez críticos, y cuanto más conocemos o más nos interesa el tema, más críticos somos. Para que pudiésemos observar las distintas sensaciones que nos producía el arte, nos proyectó tres diferentes bodegones.
El primer bodegón, ya comentado en clase de investigación, era un conjunto de frutas y verduras colocadas en una curva y hacia arriba. Todas estaban muy rollizas, pero a pesar de ello estaban destinadas al fondo negro del cuadro. La única manera de evitarlo era ir hacia arriba (metáfora religiosa). A una gran mayoría nos gustó el cuadro.
El segundo bodegón fue a mi parecer el más interesante. Era una cesta de fresas, dos claveles blancos, un vaso de agua, dos cerezas y un melocotón. Este cuadro narra una historia de amor. Después de saber la historia nos gustaba mucho más que antes, pero no podíamos volver a contemplar el cuadro sin pensar en la narración.
El tercer bodegón también fue interesante. Aparecían cuatro manzanas. No eran apetitosas. El autor había conseguido pintar comida, que en un inicio podría apetecer, de tal manera que solo viésemos el objeto, una simples manzanas verdes.
Las tres imágenes se diferenciaban en el modo en el que influían en nuestra sensibilidad debido a las diferentes representaciones de bodegones.
Más tarde nos contó una anécdota sobre las sensaciones que se producen en el espectador. Marcel Duchamp, un artista al que le gustaba crear controversias, expuso en una galería de arte un urinario firmado por si mismo, lo cual escandalizó a numerosos conservadores. Al hacer esto convertía un objeto en una obra de arte, y a un usuario en un espectador.
Sobre esto nos hizo tres reflexiones filosóficas:
-Hay que tener una actitud estética y observar las obras según sus propiedades, hay que aislarse del resto.
-La actitud no puede pre-ocuparse de aspectos prácticos o personales, ha de tener un ojo inocente y ocuparse de lo estético.
-Como tercer punto, el cuál no entendí muy bien, decía que la teorización sobre la actitud estética es una correlación entre la experiencia propia y el estatuto ontológico.
Por último, nos planteo la pregunta de que qué es el arte para nosotros. Esta es mi respuesta, que seguramente cambie a lo largo de los años: el arte es una manera de expresión, comunicación y liberación que algunas personas necesitamos para poder dar a entender sentimientos a unos espectadores a los que les puede gustar o no. Por ello, si una persona considera que lo que realiza es arte, pues es arte, y da igual que a otros no se lo parezca, porque si haciéndolo le ha servido para algo, pues adelante.