jueves, 9 de febrero de 2017

LA ARQUITECTURA MODERNA

Alisa Zinóvievna Rosenbaum (1905-1982) nació y se formó en la Rusia revolucionaria. En 1925 consiguió viajar a Estados Unidos de donde nunca volvería. Fue una "egoísta racional" que en sus escritos filosóficos, sus novelas y sus guiones cinematográficos exaltó los ideales del individuo frente a los del colectivismo que había conocido de primera mano.Ya como Ayn Rand publicó, en 1943, El manantial que sería llevado al cine en 1949 por King Vidor. Toda la ideología de Rand aparece de forma diáfana aplicada a un arquitecto lejanamente inspirado en la figura de Frank Lloyd Wright. Además de un alegato a favor de la creatividad, la novela y la película realizan algunas reflexiones interesantes sobre la arquitectura moderna.

 

martes, 7 de febrero de 2017

MATISSE - ALEGRÍA DE VIVIR - ALICIA GÓMEZ


Pintura al óleo sobre lienzo, muy llamativa por la utilización de colores puros y complementarios. Se trata de una composición sin ninguna ley de perspectiva o volumen, llena de figuras, independientes unas de otras.

En cuanto a la composición, la perspectiva no juega ningún papel, es más bien nula. Aunque es cierto que sí existe un cierto amago de perspectiva entre las figuras del fondo y del frente, lo único distinguible en la obra es una escena que se desarrolla tanto en el frente como en el fondo.

Las luces y las sombras no existen, hay una contraposición de colores complementarios, pero lo único que hacen es resaltarse unos a otros.

También podemos observar que todas las figuras están delineadas y que no siguen los cánones de proporción establecidos a lo largo de la historia del arte.

La fecha de realización es entre 1905 y 1906, cuando comenzó el movimiento fauvista. Es una de las primeras y más representativas obras de dicho movimiento. Encarna todas las características generales tales como la exaltación del color puro, el rechazo de la perspectiva y el volumen, el abandono del estudio de la luz y el naturalismo impresionistas, etc. Se aprecian las influencias del divisionismo, los colores puros de Seurat, también de las pinturas de Van Gogh, que sabemos que delineaba todos sus dibujos y la no utilización del negro de los impresionistas y en su lugar utilizar los colores complementarios.

Lo determinante en esta pintura y asimismo en todo el movimiento fauvista y la obra de Matisse es la búsqueda de un arte creado por manchas de color que se combinen armónicamente al mismo tiempo que se influyen y se condicionan.

Matisse poseía una gran fuerza pictórica en estas primeras obras de 1905. Enfrenta rojos con verdes, amarillos con violetas, etc. Su visión del arte era la de una composición en la que disponer de manera decorativa los diversos elementos sin importar el tema, como él mismo solía decir: ”la relación entre los diferentes tonos ha de establecerse de manera que sea capaz de exaltarlos en vez de anularlos.” Buscaba un arte equilibrado, apacible, un arte que fuera agradable a la vista, como un calmante cerebral.

Aunque no hay que engañarse, esta obra, aún pareciendo tan simple a primera vista, lleva detrás todo un estudio del color, de la forma y de la distribución de los elementos en la composición, una búsqueda del equilibrio que anhelaba Matisse. Es una síntesis de colores vivos y vibrantes que se complementan entre sí y hacen que la composición sea tan agradable y armónica a nuestros ojos.


El movimiento Fauve fue el primero de lo que denominamos vanguardias del siglo XX, apenas duró el tiempo que va de 1905 a 1907, pero aunque se manifestó de forma fugaz, lo hizo muy vivamente. 

MAN RAY - OBJETO INDESTRUCTIBLE - LAURA REYES



La fotografía muestra la imagen de un antiguo y algo deteriorado metrónomo de madera y metal,  a cuya aguja se le ha añadido la fotografía analógica en blanco y negro de un ojo aparentemente femenino.

Esta obra del artista estadounidense Man Ray fue concebida según los ideales del Dadaísmo, iniciado por Marcel Duchamp empleando la técnica del “ready made”, por la cual el objeto cotidiano se descontextualiza y se eleva al rango de obra artística.

Aunque sin llegar al radicalismo de Duchamp en su obra “Fuente”,  comparte ese mismo concepto en Objeto Indestructible, el artista realiza una metáfora que bien puede deberse a su propia experiencia sentimental.

Esta obra en concreto parece pertenecer a una última etapa de evolución de la idea del artista sobre el mismo concepto. Man Ray realiza una obra con características casi idénticas en 1923 con un metrónomo de 26cm de altura y con una fotografía de un ojo femenino anónimo, a la cual titula Objeto para ser destruido  con la idea destructiva e hipnotizante del amor y el paso del tiempo. Años más tarde su amante Lee Miller lo abandona y en 1932 reinterpreta su obra para llevarla al campo del desamor y el dolor que este provoca sustituyendo el ojo anónimo por el de ella, como si quisiera atraer a su ámbito personal una obra realizada anteriormente de forma genérica y universal pero a la que dota de unas “instrucciones de uso” para el espectador en las que refleja la rabia: colocar la fotografía del ojo de la persona a la que se ha amado en la aguja del metrónomo, observarlo hasta que  resulte insoportable para finalmente proceder a destruirlo con un martillo, de un solo golpe.
A esta obra la titula Objeto de destrucción. Estas “reglas del  juego” fueron tomadas al pie de la letra por unos estudiantes que visitaron su obra en París y la destruyeron.  En vista de este suceso Man Ray reconstruye 100 réplicas de su obra, en una especie de intento de divulgación y reproducción en masa de la misma para restar su valor económico y sumar su valor simbólico e irónico pues las denominó: “Objetos Indestructibles”.

Con todas estas características evolutivas y de realización de la obra resultante, encaja a la perfección con el movimiento vanguardista en el que se incluye.

Pero la disciplina artística que principalmente hizo a Man Ray un icono a caballo entre el Dadaísmo y el surrealismo fue la fotografía, mediante la cual también lograba transmitir el absurdo de las convenciones rechazadas por los dadaístas, plasmando con imágenes en la realidad alguna metáforas poéticas, tal como hizo Salvador Dalí en sus Labios de rubí. Con esta idea Man Ray realiza hermosas solarizaciones y rayogramas como El violín de Ingres o Lágrimas de vidrio e inquietantes fotografías como Regalo donde se muestra una plancha cuya superficie es turbada por una fila de clavos afilados.

Para los dadaístas la obra deja de ser algo sublime y objeto de culto que es admirado y valorado por su dificultad de realización, si no que la obra de arte lo es en sí porque así lo ha decidido el artista o el espectador.

Eran revolucionarios que reaccionaban contra los convencionalismos burlándose de ellos por lo que practicaban lo que ellos denominaban anti arte  que podría traducirse en la realización de obras llenas de absurdo y meras provocaciones que incitaran al escándalo, lo que se reflejó perfectamente en el “ready made”.