martes, 19 de mayo de 2020

VIENES....


Gonzalo Díaz: Eclipsis (2007)

dOCUMENTA 12 de Kassel (2007). Neue Galerie. Imaginaos una sala completamente a oscuras en la que un fuerte foco de luz ilumina la pared frontal creando un círculo. Cuando entras en ella, te interpones entre el foco y la pared generando una sombra en la que, a medida que te vas acercando, encuentras escrito: "Du kommst zum Herzen Deutschlands, nur um das Wort Kunst unter deinem eigenen Schatten zu lesen" (Vienes al corazón de Alemania solo para leer la palabra Arte bajo tu propia sombra).
El resto, todo para vosotros. Os advierto que en los apuntes de Iniciación, donde hablábamos del concepto arte, hay una cita con la que puede relacionarse.... (y no digo más)




11 comentarios:

  1. Según la descripción que tenemos sobre este espacio, en el que tan solo hay un foco que ilumina una parte de la sala, sabemos que si te interpones entre dicha luz y la pared, proyectando en esta tu propia sombra, puedes leer una frase en alemán que traducida al español nos dice: ¨Vienes al corazón de Alemania solo para leer la palabra Arte bajo tu propia sombra¨.

    Teniendo en cuenta que la frase solo se puede percibir si hay una sombra sobre ella, me baso en lo que dijo Gombrich en La Historia del Arte: ¨No existe, realmente, el Arte. Tan sólo artistas¨. En este caso, la cita es totalmente cierta, ya que necesitamos una entidad, a la que podríamos considerar el artista, para tener, de cierta forma, completa la obra (si la podemos llamar así). Podemos entrar en el debate de si es una obra de arte o no, aunque, probablemente, tendríamos opiniones diferentes ya que tenemos a la vez puntos de vista distintos. De todos modos, hay grandes posibilidades de que sea considerada como tal. Esta vez, nos referimos a lo que dijo John Carey: ¨Una obra de arte es cualquier cosa que alguién lo considere como tal, aunque solo lo sea para ese alguien¨. Aquí es donde entra el artista, o la persona que decidió exponer la obra en una galería, porque ellos la han podido considerar como obra de arte al realizarla o al exponerla, respectivamente, y con ello sería suficiente. Volviendo a lo que dije antes, reafirmo la importancia de los artistas sobre una obra. También podemos citar lo que dijo Spinoza sobre la belleza: ¨La belleza no es tanto una cualidad del objeto que se percibe cuanto un efecto en quien lo percibe¨. Aquí cada uno de nosotros tendríamos una opinión distinta, algunos veríamos como bella esta obra y otros, no la considerarían como tal. Esto se debe al diferente punto de vista que tenemos cada uno en cuanto a la belleza de algo.

    Como conclusión, puedo decir que el artista que tuvo la idea de hacer esta obra, quiso implicar de alguna forma al público que la fuese a ver en un futuro, convirtiéndo a estos espectadores como piezas fundamentales de esta. En mi opinión, establece una conexión directa entre artista y espectadores, y esto es lo que hace característica a esta obra.

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  2. El hecho de ponerme a reflexionar sobre esta obra me ha llevado a un cumulo de pensamientos sobre el significado de esta, sobre qué nos quiere transmitir el autor y unas ideas que he tenido que ir colocando de una manera u otra.

    Si empezamos por el título, no es algo abstracto y complicado de entender, “eclipse”, todos sabemos que significa, por lo tanto, el efecto que hace nuestra sombre sobre la pared sería una reproducción de este fenómeno de la naturaleza.

    Desde el principio el autor ya nos está haciendo participes de la obra. Incluso se puede decir que sin los espectadores sería una obra incompleta.

    Creo que el autor está jugando con nosotros de diferentes maneras, y sin darnos cuenta entramos en su juego, es inevitable. Desde el principio parece que tenemos esa necesidad de descubrir que hay mas allá de una marca cuadrada al fondo de la sala. Es como si no estuviésemos conformes con un foco de luz, nuestra sombra y una marca, supongo que es algo lógico.

    Pero esto solo es el principio del “juego”, porque cuando por fin te acercas a esa marca que te llama la atención desde un principio, te encuentras con la siguiente frase: “Vienes al corazón de Alemania solo para leer la palabra Arte bajo tu propia sombra.” En mi opinión, con esta frase Gonzalo Díaz, se está riendo del espectador sin ningún tipo de reparo. La propia frase te lo está diciendo, te has acercado hasta esta pared para ver que se escondía en ella, y tan solo has encontrado la palabra “Arte”.

    Esta obra fue concebida exclusivamente para esta exposición en este museo de Alemania, lógicamente de ahí viene esa mención al país en la frase.

    Para finalizar, habrá que comentar la pregunta que siempre se plantea en este tipo de exposiciones, ¿a esto se le puede considerar arte? Creo que esta cuestión nunca tendrá una respuesta concreta. Obviamente hay diferentes opiniones, criticas, etc. Pero precisamente por eso, podemos opinar libremente ya que no hay una respuesta única para esto. Yo creo que sí se puede llamar arte a esta obra, es algo original, que no se te ocurre en dos minutos, y que puede parecer algo simple, pero no será tan simple si yo puedo llegar a las conclusiones anteriores y cada persona puede llegar a diversas conclusiones que ni nos imaginamos.

    El autor le habrá dado su propio significado, pero lo interesante en este tipo de obras es la diversidad de ideas que pueden surgir a partir de estas.

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  3. Una obra aparentemente sencilla: una sala, un foco y una frase. Sin embargo, es imposible entenderla sin el espectador, pues es su propia sombra lo que le permite leer la frase ¿Pasa esto con cualquier obra? ¿Es necesario que haya un espectador que la perciba para que la obra tenga sentido completo? Aplicando las palabras de Carey podríamos afirmar que sí, la obra de arte necesita de alguien que la considere tal cosa para serlo.

    Desde ese punto de vista, se podría llegar a la conclusión de que la composición de Gonzalo Díaz pretende poner en valor el relevante papel que tiene el espectador en el arte. Atrapar al receptor en medio de su obra durante un par de minutos mientras piensa sobre su significado. El propio título le da sentido a este planteamiento: “Eclipsis”, eclipse. Si nadie se interpone entre la luz y la pared la frase no es visible, por lo tanto, no existe dicha obra de arte, solo una habitación con un foco. Al igual que en la lengua, es necesario que además de un emisor y un mensaje, exista un receptor para que haya comunicación. Pero también es preciso que el receptor comprenda el mensaje para completar el proceso comunicativo.

    Es posible dar un paso más, si nos centramos en la frase: “Vienes al corazón de Alemania solo para leer la palabra Arte bajo tu propia sombra”. El autor guía al público hacia una idea. Una sala, un foco, una frase y una persona que la lee. ¿Qué piensa? Puede ser que en un primer momento no entienda nada y llegue a sentirse ridículo. Tampoco sería extraño que por su cabeza se pasase un “esto no es arte”. Después de esto, algunas personas se marchan, seguramente sintiéndose un poco defraudadas. Otras, sin embargo, continúan dándole vueltas delante del foco. Y surgen más preguntas: ¿Qué hace que esto sea arte? ¿Existe el Arte? ¿Estoy haciendo arte con mi sombra?

    Ya sabemos que Gombrich les diría que el Arte no existe, que es un fantasma, que solo hay artistas. Entonces, ¿quién es el artista aquí? Evidentemente el autor, Gonzalo Díaz. Pero si la labor del artista es capturar la acción en su momento cumbre, ¿no es el espectador en este caso quien lo está haciendo? De ser así, toda persona que interactuase con la composición y leyese la frase, sería artista de una manera fugaz. Lo que vuelve a destacar el papel imprescindible del receptor.

    También sería fácil pensar que el autor está haciendo una crítica, algo así como “vienes hasta aquí esperando ver obras maestras y te encuentras con una frase oculta por una luz sin significado claro. O sea que además de lo que hayas recorrido para venir hasta aquí y encontrarte con esto, te toca participar, ponerte donde yo quiero que te pongas y pensar en lo que quiero decir. Y sí, es una obra de arte”. Personalmente me cuesta creer este razonamiento. Creo que el autor simplemente busca valorar la importancia del espectador.

    Después de este planteamiento, es necesario volver a esa parte del público que abandonó la sala prematuramente. No se debe afirmar tan rápido si algo es o no una obra de arte. El artista crea una obra, que es un estímulo para el espectador y tiene por función causar una reacción en él. Por lo tanto, en todos los casos el autor ha conseguido su objetivo, unos han llegado más lejos que otros con sus pensamientos, pero nadie ha quedado indiferente. Y es tan sencillo como una frase una persona y una luz. No ha necesitado nada más.

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  4. Eclipse, una obra sencilla y simple, un foco y una luz...Y entonces tú y tu curiosidad entráis en acción. Te encuentras solo en una estancia oscura y te gusta tanto ser el foco de atención que te interpones entre la luz y la pared, y se crea tu silueta y mientras estas jugando con esa silueta, sale tu lado cotilla, ese que todos sabemos que es imposible de guardar, porque por mucho que digamos que no, de una forma u otra, siempre tenemos un poco de cotillas,el caso, que de repente ves una frase y, como buen cotilla, decides acercarte, tu silueta cada vez es más grande y entonces lo ves,ves esa frase en la que pone: “Vienes al corazón de Alemania solo para leer la palabra Arte bajo tu propia sombra”.

    Y te quedas mirándolo y lo lees una y otra y otra vez, y piensas que se supone que quiere decir el autor con esa frase. Quizás, para algunas personas sea una simple obra la cual solo despertó su instinto curioso o quizás quieran llegar más allá, que a mi parecer el autor pretende más lo segundo que lo primero.

    Y entonces me imagino allí, y de repente leo esa frase bajo mi silueta,y no, no es una chorrada lo que voy a decir ahora, porque a muchos nos a pasado alguna vez, que nos sentimos pequeños, que no encontramos nuestro sitio y que queremos saber que somos pero es que no hay manera de encontrarnos, pues bien, ahí lo tienes, tienes lo que eres, y no lo digo yo lo dice el autor, eres un artista.

    Y aquí viene lo bueno, la pregunta estrella que te haces,¿y porque soy un artista?,¿que es un artista? Personalmente y siendo sincera, para mi no hay una definición de lo que es ser artista, a mi lo que me transmite esta obra, es que cada uno somos artistas a nuestra manera, independiente de lo que hagas, cada uno tiene algo propio que hace que se le identifique y que como bien dice la obra hace que seas un artista, puede que lo seas para ti porque te da vergüenza mostrarlo o puede que lo seas para aquellos que te rodean, lo único que necesitas es creértelo, pero una cosa te digo, debajo de esa silueta pone que eres artista,¿no es suficiente prueba para que te veas como tal?

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  5. “Vienes al corazón de Alemania solo para leer la palabra Arte bajo tu propia sombra”. Gonzalo Díaz: Eclipsis (2007).
    Una vez más aquella serpiente que se muerde la cola. El continuo existencialismo de cualquiera que se precie. ¿A qué llamamos Arte? Tan si quiera sé si debería escribirlo con A mayúscula. Al fin y al cabo, Gombrich, en su “Historia del arte”, afirma que el anterior tiene por tendencia ser un fantasma, un ídolo. Pero el caso, es que Carey considera que una obra de arte es cualquier cosa que alguien considere como tal, aunque solo sea para ese alguien. Aunque, todos estamos de acuerdo en que la R.A.E. y Omar Calabrese discreparían de estos.
    Gonzalo Díaz busca crear un momento de reflexión crítica en el espectador con respecto a la funcionalidad y sentido de la “obra de arte” y con respecto a la propia subjetividad del espectador que la asiste. Conociendo esta información, gracias a la Facultad de Artes en Chile, manifiesto mis más que merecidas felicitaciones al autor.
    Provocación en su más viva imagen. Bien sabemos que el ser humano vive de la duda, aquella para la que siempre busca respuesta. Es por esto por lo que, en el momento en que un individuo observa como otro acerca su cuerpo a una pared blanca iluminada por un único foco de luz y tras dicha acción contempla de manera atenta algo que su propia sombra a revelado, es ahí cuando la curiosidad de este, que a partes iguales observa la obra y a quien de ella esta disfrutando, emana de manera imparable y ansioso espera su turno para dar respuesta a su dilema. La idea de formar parte de la solución a un problema siempre es excitante para el ser humano, es algo que aumenta la autoestima y reconforta la moral, sienta bien, simplemente. Sin embargo, tras descubrir el secreto que aquel foco de luz amparaba, observamos que nuestra satisfacción no es completa. Gonzalo nos reta de nuevo, nos anima a resolver un nuevo enigma. Hemos caído en su trampa y ahora somos parte de ella. Y de vuelta al principio, “¿A qué llamamos Arte?”.
    Solo puedo asegurar que iría al corazón de Alemania y bajo mi propia sombra leería la palabra Arte escrita con A mayúscula. Buscaría entonces mi móvil y la postura más estética para crear una composición de mi agrado. Acto seguido, manipularía digitalmente la imagen y la compartiría en mis redes sociales. No dejaría que la duda me abrumara y mucho menos cedería a los deseos del autor. Abandonaría la exposición y a lo largo del día analizaría más de una vez la fotografía que he tomado. Me sentiría culpable entonces. Pues sería consciente de haber aceptado el comportamiento de este nuestro siglo XXI y me excusaría, defendiendo la postura de desconocer el significado del dichoso Arte. Aunque, ¿no acabo de considerarlo cómo tal en este preciso instante? Creedme cuando os digo que no es moco de pavo esto que estoy haciendo.
    Asumo mi derrota. Al fin al cabo, Gonzalo Díaz ha elaborado una “obra de arte” que ha conseguido cuestionar el mero hecho de mi existencia. Así que, independientemente de la categorización que se le quiera dar a esta, el hecho de que provoque en mi esta incertidumbre continua, me lleva a considerarla como verdaderamente importante para la humanidad. Eso sí, seguiré preguntando, una y otra vez, ¿a qué demonios llamamos Arte?

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  6. Un sentimiento de intriga y de expectación al estar presente ante algo que se nos presenta como obra de arte, en la que tú eres partícipe, haciendo un eclipse entre la luz del foco y la pared. Sintiendo curiosidad porque al no ser una obra convencional, como son las de arte contemporáneo, no la entiendes. Finalmente, el que está dentro del cuadrado eres tú, con la palabra Arte bajo tu sombra.

    La respuesta y el mensaje más evidente que nos puede venir es, que el autor reflexiona sobre el valor y el concepto del arte, que a día de hoy sigue siendo cuestionado por muchos, y creo que seguirá siendo cuestionado siempre. Quizá sea una visión más deconstruida y humanista, que nos lleva hacia el interior de nosotros mismos, y retorna, no sé si de manera cronológica o de manera individual y personal, al propio ser humano, y tal vez una reflexión de a dónde hemos llegado y de dónde venimos, para pararnos un momento y volver al principio. ¿Podemos llamarnos arte a nosotros mismos?, porque a nosotros no nos ha creado un/a artista, o acaso la naturaleza es la mayor artista que ha existido y que jamás existirá. Aunque si su intención era subirnos la moral y el autoestima, como raza humana que somos ya tenemos demasiada diría yo.

    Pudiera ser una crítica hacia el actual mundillo del arte, más concretamente el arte contemporáneo, a lo Piero Manzoni o Marcel Duchamp, aunque puede que de forma más refinada, que a pesar de su aparente profundidad, no es más que eso, apariencia (tampoco quiero yo generalizar). Por que quién querría irse a cientos de kilómetros de su casa, para ver algo que no vas a entender, digo yo, qué es eso que hay en el arte moderno que mueve masas, de gente y de dinero, qué será.

    Puede que todos estos discursos filosóficos que estamos haciendo sean realmente innecesarios, porque a lo mejor Gonzalo Díaz solo se quiera reír de nosotros, que estamos gastando dinero y tiempo en ir a ver, exactamente lo que pone en la inscripción de su obra. Y que encima ni siquiera lo que pone en la inscripción, porque la palabra Arte ni siquiera está puesta tal cual en la pared, y Gonzalo nos dice que bajo nosotros pone la palabra Arte.
    Para terminar mi breve intervención, me encantaría que esta fuera una obra de introspección hacia uno mismo, y que según leyeras la inscripción, miraras tu sombra y dijeras, “pues es verdad, ¿qué hago aquí?”.

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  7. A menudo al imaginar o pensar sobre una obra de arte de una manera “tradicional”, vemos en esta un significado explicito o una interpretación que se puede realizar con cierta facilidad; pero esto cambia si pensamos en una obra de arte contemporáneo, donde muchas veces todo eso cobra un papel más complicado e importante.
    La obra de Gonzalo Díaz “Eclipse” fue expuesta en la Documenta 12 de 2007, una exposición de arte contemporáneo, que se celebró en la ciudad de Kassel, situada en el centro de Alemania .
    “Eclipse”, el título de la obra, concuerda con la visión superficial de esta, una sala totalmente a oscuras que despierta inquietud en la que hay un foco que ilumina una pared; en el momento en el que te interpones entre el foco y la pared se proyecta tu sombra sobre esta. Pero más allá de la enigmática y misteriosa ambientación, te acercas a la pared y desvelas una frase escrita en esta “Vienes al corazón de Alemania solo para leer la palabra Arte bajo tu propia sombra”, en ese momento la obra comienza a cobrar sentido, pero a la misma vez comienzas a reflexionar sobre la misma obra y la intención del autor con esa curiosa frase. Has viajado hasta una gran exposición de arte contemporáneo en Kassel, “el corazón de Alemania”, para leer una frase bajo tu sombra que puede, y solo puede ya que no sabemos la intención real del autor, hacerte reflexionar sobre tu gran deseo de observar y apreciar un tipo de arte el cual muchos no lo consideran como tal.
    Pero, ¿y si esta obra no fuera una obra de arte sino un simple mensaje emitido por el artista?, ya que como dijo Gombrich “No existe el arte, solo artistas”. También nos podemos preguntar ¿Cuántos espectadores de esta obra de arte la habrán considerado como tal y cuantos no?, ya que no hay unas reglas establecidas y reales para calificar a algo obra de arte, concordando con la cita de John Carey “Una obra de arte es cualquier cosa que alguien lo considere como tal, aunque solo sea para ese alguien”.
    En resumen esta obra, si se la puede considerar como tal, tiene un gran carácter de reflexión sobre el arte actual (contemporáneo) y su valoración e interpretación por parte de los espectadores, siendo en mi opinión muy ingeniosa y singular.

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  8. Gonzalo Díaz nos sorprende con una obra aparentemente sencilla en la que el protagonista, eres tú. Un escenario simple: un foco, una frase y una silueta, la tuya, entrando en una obra de la que formas parte. Entras en la sala y te acercas poco a poco a la frase del cuadro escrita en alemán, que traducido al español te dice, “Vienes al corazón de Alemania solo para leer la palabra Arte bajo tu propia sombra”. Y en ese momento, te quedas pensando y comienzas una reflexión al respecto. ¿Qué es el arte?

    El título de la obra, Eclipse, la describe perfectamente. En este caso, eres tú el que se interpone entre el foco y la pared, apareciendo así tu silueta en ella.

    En la reflexión sobre esta obra nos podemos preguntar si realmente esta obra es arte o no u otras cuestiones diferentes, como que es el arte. Depende de lo que pensemos a cerca de lo que es el arte o no y si realmente existe, podemos debatir diferentes interpretaciones sobre la obra. En mi opinión, el hecho de que la frase o la obra en su conjunto tengan diferentes reflexiones o interpretaciones ya la hace especial y para algunos puede interpretarse como arte. Yo creo que todo depende de cómo cada uno perciba la obra y de cómo piense respecto a ella. Lo que sí sabemos es que existe un artista, que es el que ha llevado a cabo esta obra y ha querido transmitir un mensaje a través de un foco, una frase y tu silueta.

    Por último, creo que la intención del artista es hacernos reflexionar y acercase de alguna manera al espectador y sus pensamientos, y sin duda lo ha conseguido.

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  9. Una sala a oscuras, un único foco y una frase aparentemente inexistente en la pared, en aquel momento te interpones entre la obra y justo allí acaba de aparecer el Arte, al menos la palabra. Tú, que has ido hasta el corazón de Alemania solo para leer la palabra Arte bajo tu propia sombra, ahora formas parte de la obra y solo cobra sentido cuando estás presente.
    «No existe, realmente el Arte. Tan solo los artista […] el Arte con A mayúscula tiene por esencia ser un fantasma y un ídolo» expone Gombrich en su Historia del arte, la continua pregunta ¿existe entonces realmente el Arte? Quizá has ido a Alemania solo para que tu sombra proyecte un fantasma, o, quizá, tu viaje haya servido para completar la obra. No dudamos que Gonzalo Díaz es su autor; sin embargo ¿es él el artista? O, más bien dicho ¿el único artista de la obra?
    Habrá quien al observar la obra sienta decepción, incluso, que el autor se está riendo de él, ya que “ha venido aquí solo para esto”, pero si nos paramos a reflexionar, dudo que sea esa la intención, Gonzalo Díaz no está creando Arte, está creando artistas. Una obra incompleta que solo cobra sentido cuando se produce el Eclipsis (eclipse), aquel que la ve termina la obra y, cada vez que alguien se interpone entre el foco y la pared, crea una obra distinta, así cada espectador se convierte en artista.
    Ahora bien, entonces, ¿esto no es arte? Quizás sí, o, quizás no, quizá esta es la pregunta constante y, a la vez, la menos interesante, aunque sí es cierto que es de la que parten todas nuestras reflexiones, por lo que, para contestar a esta pregunta me gusta remitirme a Carey J. «una obra de arte es cualquier cosa que alguien lo considere como tal, aunque solo sea para ese alguien» (Carey J. ¿para qué sirve el arte? [2006] Debate)

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  10. La obra Eclipsis de Gonzalo Díaz, se expuso en 2007 en Neue Galerie, en Alemania. Al entrar en una sala oscura, iluminada solamente por un foco de luz que crea un círculo en la pared, e interponerse en la trayectoria de la luz, eres capaz de ver unas palabras en alemán que en español se traducen a “Vienes al corazón de Alemania solo para leer la palabra Arte bajo tu propia sombra”.
    El título se manifiesta claramente en la obra, cuando el espectador se interpone entre el foco y la pared, al igual que la luz procedente de un cuerpo celeste es bloqueada por otro durante un eclipse. Aun así, es una obra que te hace reflexionar. El hecho de que para poder ver la frase deba haber una persona dentro de la obra, podría señalar a que no puede existir el arte si no hay ningún espectador para apreciarlo. Justo como en un eclipse se tienen que dar determinadas condiciones, como los espectadores o el artista, para que pueda existir el arte, ya que si faltase alguna de estas no podría tener lugar; aunque las condiciones para que tenga lugar el arte no están tan definidas como las que dan lugar a un eclipse. La frase que aparece escrita en la obra te deja mucho con lo que pensar. Parece querer decir que el arte está dentro de nosotros, los artistas, por lo que se puede relacionar con el pensamiento de Gombrich, quien en el libro Historia del arte dijo: <>. Además, cualquier espectador puede ver esa frase, por lo que se podría interpretar como que cualquiera puede hacer arte y que la realización de este no se encuentra únicamente al alcance de unos pocos. En cierta forma, también, parece decir que el arte existe dentro de cada uno de nosotros esperando a salir. Además, que la palabra Arte esté bajo tu propia sombra, podría querer decir que cuando ves una obra, está en tu poder decidir si consideras que eso es arte para ti.
    En conclusión, esta obra, que en un principio puede parecer simple, busca conseguir que los espectadores reflexionen, por lo que la interpretación de esta obra, al igual que la de muchas otras, queda abierta a la opinión de cada uno.

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  11. Una sala, donde solo hay un foco, el resto está oscuro. La función del foco es iluminar una parte de una de las paredes con una forma circular. Cuando tapas el foco con tu propia sombra y caminas hacia la pared iluminada, se ven unas palabras, donde pone lo siguiente: “Vienes al corazón de Alemania solo para leer la palabra arte bajo tu propia sombra.” Por lo tanto, lo que quiere decir es que has llegado hasta ese punto simplemente para ver la palabra arte escrita en una pared.

    El autor es Gonzalo Díaz, cuyo título usado en esta obra hace referencia a un eclipse, ya que se llama “Eclispsis”, que, ya que para apreciar bien y saber lo que está escrito en esas palabras, cada persona tiene que aproximarse, por lo que supone que te tienes que colocar ante el foco. Al hacer esa acción, estas simulando el fenómeno natural donde frente a una fuente con mucha luz, se coloca una que hace sombra.

    Como Gombrich dijo, “No existe, realmente, el arte. Tan solo hay artistas” Por lo que nos hace pensar, si todo esto que ha montado, es simplemente para que el artista emita un mensaje. Esto me lleva a pensar que el autor hace una referencia a lo que realmente es considerado arte.
    Desde el comienzo, el autor, hace que el espectador sea parte de la obra y que sin uno, esta obra no tendría sentido ya que nadie, haría sombra para que ésta tuviera sentido.

    Como conclusión, esta obra me hace pensar si realmente es una obra de arte o no. Ya que como John Carey afirma, “Una obra de arte es cualquier cosa que alguien lo considere como tal, aunque solo sea para ese alguien”. Por lo tanto si es considerada arte, tiene mucho carácter reflexivo, ya que cada persona lo interpreta de diferentes formas.

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