lunes, 29 de octubre de 2018

SEMINCI JOVEN PARA 1º: MICROBE ET GASOIL


10 comentarios:

  1. Un viaje físico que acaba transformándose en un viaje introspectivo en busca de uno mismo. Esto plantea una cinta que cuenta las desventuras de dos chicos atípicos en su recorrido por Francia a lomos de casa onírica. Una simple idea, un sueño de dos inocentes muchachos que gracias a su ingenio logran poner en marcha.
    Michael Gondri, cineasta y guionista francés, autor de, entre otras, obras como La espuma de los días o Is the Man Who Is Tall Happy?, nos regala este vivaz filme juvenil como un producto redondo y entretenido de ver, que reinventa el género de este tipo de producciones pero con algún giro de tuerca que le aporta una fresca perspectiva narrativa.
    El filme abre presentando a Daniel, un chiquillo tímido, enclenque y con el cabello largo, por lo que es apodado “Microbe”. Dadas estas condiciones, el dedica sus ratos a desarrollar su vena artística, permaneciendo en su propia realidad una rutina sin demasiados sobresaltos que digamos. Y de repente, Theo (“Gasoil”). Ganas de comerse el mundo y estar siempre con la cabeza entre motores, constituyen su carta de presentación. Aun con dos personalidades tan distintas, los dos muchachos enseguida hacen buenas migas, una potente amistad de la que surgirá la idea de recorrer el paisaje galo, proyecto, que, tras muchos meses de bricolaje intenso, finiquitan justo antes de verano con la forma de una casita andante de madera.
    Los primeros minutos de metraje se centran en delinear a base de firmes y gruesas pinceladas los diferentes rasgos de cada personaje, sentando rápidamente las bases del relato. Esto se hace palpable en las interacciones entre los dos muchachos, y cómo sienten su entorno: vemos a través de su pupilas un juego de extremos, la adolescencia, en la que la que toda una gama de grises no encuentra cabida.
    Después de levantar unos estables cimentos, comienzan a edificarse las bases del desarrollo de la historia, esa odisea de carretera con dos jóvenes como protagonistas a través del banal y aburrido mundo en el que viven, en ese pequeño acto de rebelión, con sus mas y sus menos, que todos hemos experimentado a su edad. Sorteando y superando los baches que se les presenten haciendo evolucionando su relación y su síntesis personal, en esta metáfora de la pubertad llevada al extremo.
    Y cuando la carrera llega su fin, es hora de bajar del carro y tocar la realidad, asumir que se acabó, en un final que puede parecer algo anticlimático, te saca completamente de contexto. Pero reflexionando, me doy cuenta que no sería capaz de poner un punto final mejor a la historia del gasolina y el microbio, quienes aun separados guardan un recuerdo que les dejará marcados.
    Una película a mi parecer muy bien conseguida y que te hace adentrarte en ese universo, entrar por la puerta de esa casita de madera. Para lograr eso, la fotografía, con esos tonos desaturados al principio, y ese juego de colores con la vivacidad del paisaje franco, salpimentado con algunos planos realmente notables y armoniosos, juega un papel fundamental y logra transmitir un tono, una melodía, que te acompaña durante todo el visionado. Oda a la inventiva y la originalidad, salirse de la ralla e intentar ser algo mas, no dejar de ser nunca el niño que llevamos dentro, pero madurar y adaptarse a las situaciones es el mensaje que nos llevamos de esta Seminci.

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  2. Al recordar la trama de la película me doy cuenta de que trata de plasmar esas aventuras que todos soñamos o hemos soñado vivir en nuestra infancia pero que, quizás, nunca nos hemos atrevido a llevar a cabo. En ella, dos adolescentes deciden construir con sus propias manos un coche-cabaña para recorrer Francia, pasando por un montón de anécdotas cómicas y sin duda, algo extrañas, que forjarán una bonita amistad.
    En mi opinión, Michel Gondry consigue envolver al espectador en este ámbito adolescente y transportarlo a su etapa más infantil gracias a un toque de humor propio de la edad y unos personajes entrañables a los que se les acaba cogiendo cariño. Esto facilita meterse de lleno en la historia y no separarse de la pantalla.
    También me gustó que los dos protagonistas, un chico bajito y con el que todos se meten llamado “Microbe” y otro, un apasionado por los motores y amante de la aventura llamado “Gasoil”, se hacen amigos pese a sus diferencias de carácter y situación social, y superan todos esos insultos y rechazos que reciben del resto de chavales de su edad para acabar consiguiendo lo que se proponen.
    Cabe añadir que me parece que los dos chavales inician esta aventura para alejarse de esa realidad que no les gusta y de la que están cansados. De alguna manera se alejan un tiempo de esa sociedad que les oprime para liberarse y conocerse un poco más a ellos mismos. Sinceramente, también con este aspecto me siento identificada, pues, ¿quién no ha querido en algún momento alejarse por un tiempo de la realidad?
    Como puntualización diré que el final me pareció algo chocante, te obliga a desconectar de repente, pero, como ya han comentado en el blog, yo tampoco concibo un final mejor a la historia de estos dos amigos, que aun separados guardan el recuerdo de ese viaje inolvidable. Además, la acción me resultó lenta y plana durante algunas partes de la trama, sobre todo teniendo en cuenta que mi gusto en el cine se inclina más hacia las películas de acción y un desarrollo rápido.
    No obstante, a pesar de estas dos puntualizaciones, la película me sorprendió gratamente y pude disfrutarla, porque resulta muy cercana y permite identificarse fácilmente con los personajes.

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  3. Microbe et Gasoil es una comedia realizada en el 2015 por Adam Marchand. Es una película francesa, que de hecho vimos en su idioma original, que narra la historia de dos amigos hartos de sus vidas, por problemas en casa, en el instituto, trastornos sexuales y problemas económicos, que deciden, construir una casa con un motor y ruedas que reciclan para viajar por toda Francia. Al final y tras muchos problemas deciden volver a su hogar con sus familias o lo que queda de ellas, como en el caso de Gasoil que su madre murió en su ausencia.
    El guión de la película es simple y comprensible para todos los públicos que compagina una historia de ternura y rudeza al mismo tiempo. Aunque la historia pueda sonar muy repetitiva, el guionista Michael Gondry le dio un giro con la huida de los dos jóvenes de su casa, es decir huyen de los problemas de la sociedad de muchos adolescentes. Los dos revindican valores como la libertad, el poder de elección y la amistad.
    Además el final estaba abierto y dejaba muchas cosas a tu imaginación, lo que hizo que le diera aún más intriga a la película y que quedará a los espectadores muy sorprendidos por la falta de un desenlace.
    En definitiva la película estuvo muy bien tanto las imágenes como el texto, como la actuación de los personajes y su caracterización etcétera, la volvería a ver sin duda.

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  4. Nos presenta Michael Gondri con esta película Francesa una trama en la que dos adolescentes, "Microbe" un chico tímido, enclenque, con el que se meten sus compañeros de clase, quienes de hecho le dan este nombre y muy sumergido en su mundo ya que pasa el tiempo dibujando intentado escapar aunque sea por unos instantes de la realidad y "Gasoil", un chico aficionado a la mecánica, aventurero, que no podía quedarse quieto y con el que también se meten sus compañeros de clase debido a que suele estar manchado por pasar el día con motores y demás maquinaria. Nuestros dos protagonistas se van a conocer, podemos llamarlo destino, o si preferís casualidad, el caso es que poseen dos personalidades completamente opuestas pero que van a encajar perfectamente y se van a complementar la una a la otra. Estos dos pequeños soñadores elaborarán un plan para evadirse de la realidad, una realidad de una vida rutinaria y simple, fusionarán la habilidad del mecánico con los motores y la imaginación del dibujante para crear un vehículo con aspecto de casa que utilizarán para moverse por Francia. Michael consigue llevarnos a todos a aquella época en la que nos creíamos invencibles y capaces de todo antes de darnos cuenta de que hay que tener los pies en la tierra o al menos uno de ellos, realidad a la que nos lleva con el desenlace de la película sacando al público completamente de contexto y chocando irremediablemente contra la realidad, ambos chicos vuelven a casa ya que resultó imposible continuar con su viaje, aunque con un recuerdo que no olvidarán nunca de que a veces los sueños si que se hacen realidad.
    Esta película muestra una trama a mi parecer bastante simple y en ocasiones repetitiva debido a que apenas cambiaba la escenografía y al uso de una acción continuada, también he de decir que la película está centrada en la historia principal que es la de las aventuras vividas por los protagonistas y tal vez si hubiéramos tenido alguna subtrama habría hecho este largometraje más dinámico, con lo que no quiero decir que esté mal haberse centrado solo en la historia principal, para finalizar diré que como en todas las películas que hay y las que habrá, tenemos y tendremos algo que aprender de esta hora y cuarenta y cinco minutos que hemos tenido de sumergirnos en una realidad paralela a la nuestra que nos recuerda que está bien evadirse de ella ocasionalmente pero a la que siempre debemos regresar.

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  5. El director francés Michel Gondry nos presenta en esta película de 2015 la historia de dos adolescentes, Daniel y Théo. El primero se presenta como un chico introvertido, tímido e influenciable, con una notable inclinación hacia el dibujo; recibe el apodo de “Microbe” debido a su corta estatura. En cambio, Théo se posiciona desde el primer día de clase como un personaje seguro de sí mismo, directo y deseoso por vivir una gran historia; de hecho, no tarda mucho en ser apodado como “Gasoil”, en relación a su fiel compañera, una motocicleta que él mismo había construido.

    La trama se ambienta en una época próxima a la actual, en Versalles (ciudad de la cual también es natural el director del filme). En ella se narran las distintas peripecias de los dos jóvenes, que no tardan en establecer un estrecho vínculo de amistad. Ambos deciden combinar sus conocimientos y establecer un objetivo común: recorrer Francia en una curiosa “casa-móvil” creada por ellos mismos. Dicho y hecho, a penas entrado el verano el pintoresco dúo se hace a la carretera, desembocando una vertiginosa serie de aventuras.

    En mi opinión, se trata de una película entretenida, pero que no va mucho más allá de una opción tan buena como cualquier otra para amenizar una tarde de domingo. Creo que la historia podría haber sido desarrollada de una manera más interesante y, en cambio, siento que no consigues llegar a conectar realmente con los personajes. He de reconocer que en un primer momento la fotografía me gustó bastante, sobre todo en cuanto al uso de los colores, pero ahora pienso que se trató más bien de un encandilamiento breve y pasajero, ya que mirándolo con perspectiva no recuerdo un sólo plano que me pareciese especialmente interesante (aunque he de mantener mi primera opinión en cuanto a la elección de los colores).

    Encontré en la escenografía el principal atractivo de la película; desde lo icónico que resulta el transporte construido por los chicos, hasta las diversas escenas en las que se muestra un Versalles decadente, bañado en sombras de azul. Respecto a los personajes, la caracterización de Théo me resulta cuanto menos entrañable, fácilmente reconocible por su icónica cazadora roja y sus rizos morenos. Por otra parte, Daniel no termina de presentar un estilo característico en ningún momento de la película, esto se da hasta tal punto que probablemente ni siquiera habría sido un personaje que hubiese llamado nuestra atención de no haber sido por su relación con Gasoil, esto podría considerarse como un defecto de no ser porque es precisamente lo que mejor representa el propio carácter de Daniel (él mismo llega a decirle a Théo que no tiene una personalidad propia).

    Por último, el guión del cortometraje es, desde mi punto de vista, bastante simple. Los momentos de humor no llegan a parecerme del todo cómicos y, así mismo, siento que hay escenas que no terminan de encajar en la trama, en especial las secuencias finales.

    En conclusión, se trata de una historia que, en un estado primigenio alberga bastante potencial y que, tal vez, de haber sido ejecutada de otra forma podría haber llegado a ser una obra icónica y conmovedora.

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  6. Completos extraños para sus familias, marginados en el instituto y poco afortunados en el amor, los protagonistas de Microbe et Gasoil, dos adolescentes atípicos, empiezan a forjar una verdadera amistad. Es entonces, tras salir de una fiesta con un pensamiento no precisamente optimista y cansados de seguir aguantado sus situaciones personales, comienzan a planear el verano de sus vidas, una de esas locuras que todos nosotros hemos soñado o imaginado alguna vez pero que sin embargo nunca hemos llevado a cabo. Para realizar su sueño y gracias a su gran habilidad e ingenio deciden construir lo más parecido a una casa con ruedas para escapar de la rutina, del colegio y de sus padres, y dedicarse a viajar por toda Francia.
    Esta película nos podría hacer reflexionar y preguntarnos, aún más, en esta etapa de la vida, la adolescencia, ¿qué es la normalidad? Lo primero podríamos definir adolescencia como etapa donde se viven cambios físicos, psicológicos, emocionales y de comportamiento, además de proceso de transición entre la niñez hacia la vida adulta donde desarrollamos nuestra identidad personal. Todos estos cambios van ocurriendo a lo alargo de varios años en los que algunos adolescentes debido a su forma de pensar, su madurez o su apariencia física, entre otros, son calificados de distintos o poco normales para la edad. Sin embargo yo no creo que sea así ya que al tratarse de un proceso personal del propio individuo no podemos calificarlo de normal o anormal. Simplemente debemos recordar que se trata de un proceso de cambio en el que cada individuo a través de su comportamiento y decisiones está definiendo su propia identidad y estableciendo sus valores que podrán o no coincidir con los del resto de adolescentes. Por otra parte me gustaría añadir, que sobre todo en los primeros años de esta etapa, aquellos jóvenes que consiguen comenzar a definir sus ideas y opiniones demuestran tener una mayor capacidad ya que están empezando a pensar, tomar decisiones y definirse como personas.

    Por lo tanto el originalísimo director francés Michel Gondry ha conseguido plasmar a la perfección todo este asunto en su nueva obra, Microbe et Gasoil , recordando con un humor muy comunicativo que las diferencias, en la primera adolescencia, son más bien un signo de la inteligencia.

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  7. Lo surrealista y a la vez creativo de esta historia me llevó, en el momento en el que la estaba disfrutando, a soñar despierta con ese tipo de aventuras, a ese ojalá. Y es que qué niño o niña no ha soñado alguna vez con vivir aventuras con la libertad con la que las viven estos dos protagonistas. Por otro lado, habrá a quien, en vez de sueños, la película le traiga recuerdos de cuando no tenían que pagar una hipoteca y las trastadas que, probablemente, crearon esos recuerdos.
    Pero la palabra ‘trastada’ le resta mucha importancia a la acción principal de la película, que interpreto más como una huida de la realidad de cada uno de los protagonistas. Dos realidades opuestas, aunque con algunos puntos en común como la marginación social y la escasa relación con sus familias.
    Por un lado, tenemos a Daniel, también apodado Microbe por sus compañeros de clase, un chico bajito a menudo confundido con una chica gracias a su pelo. Tiene dos hermanos y a veces discute con su familia, pero ésta le quiere y eso se ve reflejado sobre todo en la madre, la cual padece depresión por alguna razón que se desconoce (y a mí, personalmente, me deja con la duda). Daniel es un chico con una personalidad aparentemente no muy fuerte, a diferencia de Théo, o Gasoil (por su afición a la mecánica). Éste sin embargo crece en una familia pobre y lleno de responsabilidades ya que su madre está enferma. A pesar de la diferencia entre ambas personalidades, los dos jóvenes se entienden, y se complementan.
    En lo personal me ha gustado, más que la trama, la fotografía, que recoge los bonitos paisajes que los protagonistas recorren en su aventura, así como los espacios urbanos de Versalles.
    He de decir, también, que la película no me dejó con la sensación de haber reído tanto como prometía al ser una comedia.
    En resumen, no se puede decir que esta obra de Michel Gondry sea una mala película, pero no me ha causado mucha impresión y no creo que la quiera volver a ver.

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  8. Versalles, verano, época de vacaciones. Un escenario claramente diferente al que nos enfrentamos nosotros la mañana que acudimos a ver esta película, dirigida por Michel Gondry. Sin embargo, la trama de esta no se nos hace tan ajena. El final de un curso escolar y dos meses por delante llenos de posibilidades. Posibilidades, sin duda, aprovechadas por los dos protagonistas de esta película, Microbe y Gasoil, cuyos apodos dan nombre al título. Dos adolescentes, cuya amistad se ve venir desde el principio de la película ya que, a pesar de sus diferentes personalidades, los dos comparten la necesidad de romper con la apatía en la que viven, ya esté provocada por la mala relación con sus compañeros o por su complicado ambiente familiar. Ambos poseen una realidad propia, pequeños genios incomprendidos, cuya mejor ocurrencia para pasar el estío es construir un coche y viajar por toda Francia en busca de libertad e independencia. Contra todo pronóstico lo consiguen, gracias a los conocimientos de mecánica de Gasoil (cuyo padre es mecánico) y a la inventiva de Microbe, un artista algo frustrado y muy influenciable. Durante el viaje ocurren varios episodios cómicos, que van desde tener que eludir a la policía hasta escapar de la casa de unos dentistas algo chiflados. Consiguen sortear uno a uno los obstáculos y, aunque acaban peleándose e incluso separándose por unos momentos, acaban resolviendo sus diferencias y trabajan juntos para volver a casa.
    Con respecto a mi opinión sobre la película, tengo opiniones contradictorias. Por un lado, aprecio las ideas y conceptos en los que se basa, también los esquemas con los que están construidos los personajes. Pero por otro, pienso que la película no te permite adentrarte demasiado en la complejidad de los personajes, ni en las relaciones entre ellos.

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  9. Michal Gondry, autor de obras como "the Green hornet" o "the we and the I" nos presenta esta vez "Microbe et Gasoil" que nos transporta a Versalles para contarnos las aventuras de principalmente dos niños, que estan "diseñados" siguiendo una estructura bastante esteriotipada. Por una parte tenemos a Daniel, un joven introvertido, pequeño que parece volcar sus frustraciones y ansiedades en su arte. Denominado tanto por el mismo como por los pocos amigos que tiene, diferente del resto de chicos, afirmación por la cual parece carecer de gran autoestima y seguridad.
    Por otra parte tenemos a Théo, un joven que acaba de llegar a la escuela y que desde el primer momento nos deja claro que su objetivo será dejar huella en la clase, gracias a su seguridad e intelecto. Pero a pesar de estos atributos la única persona que encontrará interés en él será Daniel.
    Rápidamente estos dos jovenes forjaran una amistad a pesar de sus diferencias y la disfuncionalidad de ambos hogares.
    Podríamos decir que los primeros minutos de metraje se centran en forjar tanto las personalidades de sus dos protagonistas como la evolución de su relación.
    Aparentemente hartos de su vida y respectivas familias deciden combinar sus habilidades para poner en marcha el proyecto de recorrer Francia en una autodenominada "casa a ruedas".
    Una vez planteada la estructura general de la película (que a pesar de su sencillez me había capturado con su estética y colorido) solo quedaba esperar que el desarrollo de su trama fuera interesante. Y es ahí donde reside mi descontento con esta película. Esperaba que a pesar de la premisa ya tan utilizada, esta película fuese capaz de un buen desarrollo, sin embargo a partir de la segunda mitad de la película mis esperanzas de que hubiese algun tipo de "plot twist" y la narrativa distase de lo esperado desaparecieron.
    A pesar de todo, y aunque el humor utilizado fuese un poco infantil, hubo algunos momentos en los que genuinamente me reí.
    Por último, y creo que todos los asistentes a la proyección estamos de acuerdo, el final de la historia fue demasiado precipitado, y alomejor podemos resguardarnos bajo la premisa de que el director ideo el final para dejarnos con esa sensación de suspense y así no cerrarnos ninguna puerta y posibilidad que nuestra imaginación le de a la película. Sin embargo, y aunque la idea de no poner un punto final y dejar al espectador finalizarla me parece un gran recurso, creo que se utilizo excesivamente. Los espectadores nos quedamos desconcertados y expectantes de un final que nunca llegó, y creo que eso nos dejo con un mal sabor de boca al salir de la sala.

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  10. Michal Gondry, el autor de “Microbe et Gasoil” nos transporta a Francia, en concreto a Versalles para mostrarnos las aventuras que viven dos chavales, cuyas personalidades son estereotipadas y caóticas. El primero se llama Daniel, pero le apodan “Microbio” porque se encuentra entre los más bajitos de la clase. Daniel tiene una personalidad introvertida y cerrada, plasma sus sentimientos en sus dibujos, los cuales son bastante particulares. También se caractiza por ser diferente al resto de chicos y que gracias a esto no tenga muchos amigos, lo cual lo vuelva inseguro y sin autoestima. Su vida entera cambiará cuando aparezca su nuevo compañero Théophile, hijo de un anticuario, aficionado a los inventos y la mecánica, al que no tardarán en llamar “Gasoil”.
    Ambos comparten un espíritu crítico muy avezado que agrede al necio, una sensibilidad especial que transciende lo banal y un alma aventurera propia de viejos estereotipos sobre la juventud.
    Esto les hace darse a la invención amateur y el bricolaje de vertedero e inician la construcción de un automóvil partiendo de un motor de cortacésped bajo el somier de una cama de matrimonio.
    La misión de estos dos amigos es ser libres, escapar de las presiones de sus hogares y las convenciones sociales en busca de una independencia momentánea. Y como dictan sus edades, en una misión tonta, inconsistente pero excitante, y todo eso se transmite a la platea, que comparte su gozo en cada momento. Para ello,como ya he dicho, unen sus fuerzas para construir una casa-automóvil que se camufla magistralmente y que les va a llevar por diferentes localidades francesas, puede que con motivaciones secretas en mente. Cuando la película se convierte en una improvisada”road-movie” pasará lo que pasa siempre en cintas así: un desfile de personajes excéntricos, ruta de crecimiento emocional, conflicto que parece insalvable entre los miembros del viaje e incluso una ración de notas existenciales, ya que Théo está lleno de inseguridades y Daniel funciona como su perfecto cicerone para aprender a autofirmarse, en una relación de amistad genuina, muy bien trabajada y que desprende química entre los jóvenes Ange Dargent y Théophile Baquet.

    Y como todo viaje que se precie, debe llegar a un final, y el de Microbio & Gasoil sobrecoge por crudo, no tanto por sorprendente, ya que las pistas estaban ahí, pero sí por ser una bofetada de realismo que despedaza la burbuja de diversión que se había creado con la aventura por carretera. Todos los allí presentes tuvimos la misma impresión, nos dejo con un mal sabor de boca, ya que pensábamos que la película tendría algo más de desarrollo.

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